martes, 11 de enero de 2011

Me corto la coleta.

Nada de lo que sigue se me ha ocurrido a mi

Solo soy un cartero que volteado por el viento ha perdido lo que llevaba y ahora llena la bolsa como puede

Me dicen que el amor es un juego sucio; que tengo que mancharme las manos. Si me mantengo a distancia, no me sucede nada interesante. Además, debo encontrar la distancia adecuada entre las personas. Si me acerco demasiado, me aplastan; si están demasiado lejos, me abandonan. No consigo ver todo lo que siento.
Si cambio, el mundo cambia
Sin vosotras es un culo vacío.
Lo que os doy, me lo doy
Lo que no doy, me lo quito.
Los límites, con que me veis, me permiten verme.
Dadme, si quereis, vuestras imperfecciones… con ellas me conformo.
Quiero pisar la luna,
volar al africa,
volverme del todo invisible,
transformarme en mosquito para escuchar conversaciones.
Y tengo miedo a dar la vuelta al mundo en bicicleta...
Vivo atormentado de sentido, aunque no se si se lo que significa.
Gracias al calendario vuelvo a empezar todos los años. Sólo hay que esperar, en mi caso, a Diciembre . La recompensa por sobrevivir a la Navidad es el año nuevo que viene acompañado de los tradicionales buenos propósitos.
Dejo atrás el pasado y vuelvo a empezar. Es difícil resistirse a la oportunidad de empezar de nuevo, de dejar mis antiguos problemas a un lado. Pero, ¿Quién decide cuando acaba lo viejo y empieza lo nuevo? No es un día del calendario, ni un cumpleaños, ni un nuevo año. Es un acontecimiento grande o pequeño, algo que me cambia, que me da esperanzas. Una nueva forma de vivir y contemplar el mundo, para dejar marchar los viejos hábitos, los recuerdos. Lo importante es saber que siempre se puede volver a empezar, aunque también es importante recordar que entre todo lo malo, siempre hay cosas a las que merece la pena aferrarse.
Siempre sabemos quién nos hiere, pero no siempre a quién herimos.
El mundo está repleto de caras bonitas, y corazones hechos pedazos.

Ahora me toca pues hacer una pausa, contemplarme a mi mismo, sin la complacencia ni el goce cotidiano, examinar lo pasado, asunto por asunto, etapa por etapa, pasito por pasito, y no llorarme las mentiras, sino cantarme las verdades.

Solo espero conservar lo que no amarro

Para mi la esperanza es una cosa que tengo cuando me voy a dormir, pierdo cuando me despierto, que hecho de menos en el desayuno, y que recupero cuando recibo el sol en la calle. Y que, después de caminar un rato, se me vuelve a caer por algún agujero del bolsillo. Y me digo: ¿Dónde me deje la esperanza? Y la busco y no la encuentro. Y entonces, aguzando el oído, la escucho ahí, royendo como una rata minúscula, llamándome y riéndose desde todas las alcantarillas.
Recuerdo que si hago lo que siempre he hecho, nunca llegare más allá de donde siempre he llegado.

A partir de hoy me voy a pintar un mundo nuevo y maravilloso.



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